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domingo, 14 de noviembre de 2010

Zeus, "padre de los dioses y de los hombres".

 Sus padres: Crono y Rea

Annibale Carracci



Crono había sido advertido de que sería destronado por uno de sus hijos. De manera, que a medida que su mujer iba pariendo hijos, él se los iba comiendo. Cuando iba a parir el sexto, Rea decidió ocultarse y tenerlo en secreto. A la mañana siguiente entregó a Cronos una piedra envuelta con pañales que el engulló pensando que era el niño.


Zeus, creció alejado de sus padres, siendo amamantado por una cabra. Cuando esta murió, con su piel hizo Zeus su escudo.
Al crecer decidió usurpar el trono de Cronos y pidió consejo a Metis, la prudencia. Esta le dio una droga que hizo que Cronos vomtara a todos los hermanos de Zeus. Con la ayuda de éstos consiguieron, tras 10 años, vencerlo.


                                                    Documental sobre la historia de Zeus.










Hermanos:Poseidón, Hares, Demeter, Hastia y Hera.

La esposa: Hera
También era su hermana. Diosa del matrimonio y del nacimiento.Envidiosa y celosa.


Las amantes:
Metis, Maya, Danae, Alcmena, Temis,Demeter, Leto,Leda y Europa.


                                                                              

Zeus Con Balsis y Filemón

En los pasados tiempos de Laconia, después que los dioses la construyeran, resolvieron venir a visitarla para saber si las cosas estaba ocurriendo bien. Dos de esos dioses: el padre de los dioses, Júpiter y su auxiliar directo, Mercurio, se transformaron en personas humanas comunes. Visitaron toda la región y, el atardecer de aquel día, los dos dioses comenzaron a llamar en las puertas de las casas, pero ninguno de los habitantes de la franja les ofreció alojamiento.
Entonces ellos fueron apartándose. Y en los confines de Laconia llegaron a un caserío en ruinas. Era una casa muy vieja, muy tosca. Batieron en la puerta y una anciana mujer, muy anciana, vino a atenderles. Era Balsis, una pastora de la región, esposa de un labrador que aun se encontraba en el campo. Al oír a los dos hombres pedirle guarida, Balsis fue tocada en su sentimiento y les abrió la puerta, les hizo entrar y les sirvió agua fresca, mientras dialogaban. Luego después, su esposo Filemón llego de los campos se sumó a la alegría de la esposa en poder hospedar a aquellos hombres que anduvieron por los caminos durante todo el día. No tenían mucho para ofrecer, más Balsis pidió a los esposos que fuesen hasta la huerta y recogiesen algunas verduras para preparar un caldo y ofrecerles a los huéspedes.
Balsis saco, de junto a la pared, la única mesa que había en el caserío. Una mesa vieja, agujereada. La recubrió con la única toalla que tenia, guardada para ocasiones muy especiales, mientras Filemón retiró del armario algunos frutos secos, que Balsis misma preparaba, y una jarra de vino. Después, se sentaron junto a los dos visitantes para el rico banquete de familia pobre. Comenzaron a tomar el caldo, a alimentarse con los frutos secos y percibieron, los dos viejos, que cuando Júpiter y Mercurio se sirvieron el vino, cuanto más vino retiraban de la jarra, más vino aparecía en ella. Se miraron y se dieron cuenta que esto era una prerrogativa de los dioses. Aquello que ellos tocasen se multiplicaba. Júpiter se dio cuenta y se dió a conocer. Mostró a Mercurio, que era considerado el dios de los oradores y pidió a los viejos que no le hablaran  a nadie sobre su estancia allí.
En el día inmediato, antes de despedirse, Júpiter abrazó a los dos viejos y les hizo una propuesta: “Por la gentileza del hospedaje, por la buena voluntad que nos prestaron, me gustaría dejarlos pedir lo que quieran y yo les garantizo realizar.” Era el dios de los dioses el que les estaba ofreciendo lo que ellos quisiesen. Filemón miró a la esposa, y esta le retuvo la mirada. Eran viejos, habían vivido en la pobreza desde la juventud, cuando se casaron. Aquella edad no les pedía nada más. Filemón dijo a Júpiter que no necesitaban de cosa alguna. Más Balsis se acordó de un detalle. Tomo el brazo del marido, se volvió para Júpiter y le dijo: Señor, ya que nosotros podemos pedirle alguna cosa, me gustaría de rogar que no permitiese que uno de nosotros llorase la muerte del otro. Nos gustaría pedirle que cuando uno de nosotros caiga en manos de la muerte, el otro pueda acompañarlo inmediatamente, para que ninguno tenga que llorar por la muerte del otro.
Las lágrimas corrieron por la cara de Júpiter. El padre de los dioses se emocionó y le garantizo que su pedido seria atendido. El día en que Filemón cayo, arrastrado por las manos de la muerte, Balsis cayó sobre su cuerpo. Y Júpiter, para homenajear el amor de ambos, los planto en el pórtico en la franja de la ciudad de Laconia, y los convirtió en dos tilos, que están floreciendo casi el año entero. .


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